domingo, 20 de septiembre de 2009

A VUELTA (S) CON LAS DROGAS


He bajado a ver la Vuelta Ciclista a España. Pasaban al lado de casa, por la Avenida del Mediterráneo. Cuando estoy en Barcelona suelo ir en bicicleta. Me parece cómodo, ecológico, solidario. Me gustaría hacer lo mismo en Madrid, pero las cuestas me pueden. Desde mi casa hasta el Retiro no habrá más de 300 metros, en cuesta, mucha cuesta. Los chicos estos de la Vuelta se la han subido como el que no quiere la cosa, ¡joder!
Me gustar los deportes y suelo seguir lo que acontece a su alrededor. Dalí decía que le encantaba ver a los ciclistas sufriendo en la carretera mientras él dormía placidamente la siesta en su casa de Port LLigat. A Berlanga, cuando era presidente del jurado del FICEB, le poníamos un televisor en la comida de las deliberaciones para que pudiese seguir las etapas de la Vuelta. Pero el ciclismo se ha vuelto aburrido. No creo que el espectáculo de hoy día le gustase a Dalí. No creo que Berlanga haya seguido las incidencias de una Vuelta espesa y soporífera. Aburren porque ya no se drogan. Desde que los vampiros visitan a los deportistas a cualquier hora y en cualquier momento el deporte se ha vuelto soso, sin sustancia.
Casi todas las grandes cosas, las gestas imposibles, las obras inmortales se han hecho bajo el influjo de las drogas. No creo que haga falta hablar de Poe, de Capote, de Warhol. Tampoco creo necesario citar que Armstrong gano siete paseos por Francia gracias a todo lo que se metía, ni que Indurain decidiese retirarse cuando los controles se hicieron obligatorios. Ellos, y sus gestas, se construyeron sobre estímulos artificiales.
Ésta breve reflexión viene a cuento de la noticia de la detención del médico del Xacobeo Galicia –ganadores de la Vuelta por equipos- con un coche cargado de pastillas y de cosas para estimular el asunto deportivo. Valverde, el ganador, parece estar implicado en el feo asunto de la llamada "Operación Puerto". Basso, el cuarto, estuvo suspendido durante un par de años por temas relacionados con el dopaje.
Ya lo decía mi abuela: “el deporte no es sano”. Las drogas, en cambio, parecen útiles. A mí la única droga que me perturba es el tabaco y lo estoy dejando (por amor, es cierto), las demás me parecen sanas y saludables, consiguen que la cabeza o el cuerpo funcionen mejor.
¡Viva el Xacobeo Galicia y su médico! Sin su ayuda, nadie en su sano juicio se subiría esa cuesta hacia el Retiro como si fuese una moto. O eso creo yo.

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